PINTURA
Lo bueno de la pintura es que te deja hacer con la realidad lo que te de la gana.
Y por eso me encanta.
Porque de repente eres mar y de repente tienes el cielo a tus pies. Y si te parece, ahora podemos hacer que estamos contando estrellas encima de la luna.
Y lo mejor de todo, es que por el tiempo que quieras puedes morirte de placer dentro de esa realidad.
Esto solo va de sentir, más o menos, depende,
porque aquí cada locura es peor que la anterior.
Y vivir en pentagramas para surfear melodías, refugiarnos en sonrisas y activar el sentido del tacto con solo una mirada, querer compartir sentimientos aunque muchos se pregunten si es que eso se comparte.
Pues también depende .
Pero sentir, sentir a flor de piel y jugar con la ventaja de recibir los estímulos de la realidad más actívamente.
MAITIA
No pinto realismo porque ni tu realidad ni la mía son la misma.
No lo pinto, porque además, la realidad que cada un percibe nunca es la realidad.
No lo hago porque me conmueve más lo que siento cuando estoy mirando lo que me dispongo a pintar.
Acrílico sobre lienzo
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VISIÓN
Embarquemos capitán; no pare el motor. Dense prisa, el mar baja y no olvida.
Volando en popa, pensando en nada, aprendiendo, maestro.
Me queda que el sol no perdona atardeceres, que el mar nunca olvida, que guarda pero que todo lo devuelve.
Que el ritmo de sus gentes son los latidos que bombea la sangre que refleja al sol.
Hablar de realidades no es lo que se necesita si no se vive con el alma.
Sentémonos. Arena negra. Sintámonos.
Las huellas que deja la luna, hablemos de ello.
Vovlamos a emocionarnos. Hablemos sincero.
Acrílico sobre lienzo
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